Dedicamos  alrededor de un 25% de nuestro tiempo al trabajo, lo que lo convierte en un entorno idóneo para actuar sobre factores de riesgo modificables como la inactividad física, el sedentarismo, la alimentación poco saludable o el consumo de sustancias nocivas. Se estima que el 80% de las muertes de personas  en edad laboral está relacionado con estos factores de riesgo. El estilo de vida y la salud de las personas trabajadoras impacta significativamente en el rendimiento, el clima laboral y la productividad de las empresas.

Fomentar la salud en la población trabajadora contribuye a formar organizaciones más resilientes y preparadas, mejorándose por extensión la salud de la población en general, lo que supone un beneficio social incalculable.

Con intervenciones de Promoción de la Salud en el Trabajo (PST), que no tienen por qué ser costosas o complejas, todas las empresas, sin importar su tamaño o sector, pueden favorecer un impacto positivo en la salud de su plantilla. Así mismo, las personas trabajadoras también tienen un papel destacado para mejorar su salud y transmitirla a su entorno personal. Por eso, el INSST impulsa la implantación de los programas de Promoción de la  Salud (PST), más allá de la óptica preventiva, con el fin de contribuir a reducir la incidencia de las  enfermedades y mejorar la salud general y el desempeño laboral.

¿Sabes cómo fomentar una mejor salud desde la empresa?

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¡Descubre qué puedes hacer!

#MiTrabajoEsSalud

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